06 septiembre 2007

Nos asentamos bien



Los cubos dialécticos los hizo mi hermana para un proyecto de escultura o algo así. En general en la familia ocurre así. Mi hermana hace, a mí me toca la parte de nombrar. Los cubos son tres y -hablando mal y pronto- representan, son, quieren ser el caos, el orden y su síntesis: la armonía. Dicen que en China se usaban para alinear los chacras: uno debía sentarse, para sentirse equilibrado, en aquel cubo que compensara su estado de ánimo. El diagnóstico es personal y se permite –casi se aconseja- la automedicación:

- Locura y frenesí: 20 minutos en el cubo de puntos rígidos y líneas que se cierran en ángulos de noventa grados. No más de media hora, el exceso de estructuras puede conducir al precipicio.

- Cerrazón y rigidez: un ratito en el cubo del desorden, puntos redondeados y alternantes, disonantes, vagos, viajeros que se alinean en líneas que se empujan en desorden. No abuse, cualquier extremo es perjudicial. Nada en exceso, decía una de las paredes del oráculo de Delfos.

- Equilibrio zen, equilibrio occidental; equilibrio: los extremos se juntan, y el centro es el equilibrio. Si es que desea, puede sentarse en el cubo de la armonía. Pero como está usted en equilibrio, seguramente querrá ir a flotar por los arco iris y nadar en aguas claras y lisérgicas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Vale contar las historias? Cada uno de los asientos de casa tiene una.
m.-
pd:iuuuuuuuuuuupi volvieron los post